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Aumentar tamaño del texto Disminuir tamaño del texto Partir el texto en columnas Ver como pdf 12-07-2017

India e Israel crean una inquietante “asociación estratégica”

Nazanín Armanian
Público.es


Narendra Modi por fin hizo público su amor por Israel”, así narra la prensa judía el aterrizaje del primer ministro indio en Israel del 4 de julio. Una visita histórica por dos motivos: es la primera vez que un máximo dirigente indio pone los pies en este país al que siempre había considerado una potencia ocupante de los territorios palestinos, y también porque se ha negado a tener encuentro con palestinos.

Es comprensible que un fanático hinduista como Modi se negara a dar la mano a los fanático islamistas de Hamas, que además pertenecen a la Hermandad Musulmana que respalda a los extremistas de Cachemira, pero ¿por qué no a Mahmud Abbas? Hasta Donald Trump tuvo que saludarle en Belén cuando en mayo pasado viajó a Israel.

Los palestinos, sorprendidos y decepcionados, en una concentración frente a la Oficina del Representante de la India cerca de Ramallah portaban carteles que decía “No a la cooperación con el estado de ocupación” y “Devolver a la India a la era de Gandhi”.

Este es el segundo golpe que reciben los palestinos en un mes, después de que Qatar pidiera a los líderes de Hamas a abandonar Doha, por las presiones de EEUU-Arabia Saudí.

¿Cuestión de realpolitik? ¡No! Es que el señor Modi, un supremacista hinduista profundamente anti-islámico comparte ideología con su colega Netanyahu, un supremacista judío.

El giro a la derecha en la política exterior de la India empezó con la desintegración de la URSS en 1991 y el Nuevo Orden Mundial levantado por EEUU sobre los escombros de Irak y de Yugoslavia. Como consecuencia, las organizaciones antiimperialistas como el Movimiento de los No Alineados, del que la India dirigido por el marxista Jawaharlal Nehru, y la Yugoslavia de Josip Broz, «Tito» fueron fundadores, recibieron un duro golpe. Es justo este año cuando Delhi abre su embajada en Tel Aviv.

Desde entonces, la derecha india ha ido acercándose a Israel a expensas de Palestina: en 2015 y 2016 se abstuvo de votar las resoluciones de la ONU de condena a Israel por crímenes de guerra en la Franja de Gaza y pisar los derechos palestinos, a pesar de que según la Comisión Económica y Social para Asia Occidental de la ONU Israel impone el Apartheid a los palestinos, como la segregación racial de Sudáfrica hasta 1994.

Lo que el gobierno hinduista busca en Israel es:

Es anecdótico que el capitalismo más brutal de la India, santificado por las élites de cientos de pequeños grupos religiosos que se han unido para neutralizar la gestación de una revolución socialista, lo que exporta a Israel sea justamente parte de toneladas de pelo que ofrecen gratis los 25.000 fieles a diario al dios Vishnu. Los brahmán así consolidan el dominio de los rabinos sobre las mujeres practicantes judías a las que se exige cubrirse su cabeza con el velo o con una peluca.

La misma India que construye bombas nucleares y naves espaciales, alberga al 30% de los seres humanos que viven en la extrema pobreza. En 2012, murieron 1,4 millones de niños antes de cumplir los 5 años; 300.000 agricultores arruinados se han quitado la vida en la última década. Esta pobreza organizada por el poder es el motivo de que algunas familias de Pilibhit (Uttar Pradesh) abandonan a sus ancianos en la Reserva de los Tigres para que una vez mutilados o devorados, pudiesen recibir una compensación estatal. La última víctima, en mes de julio, fue una mujer de 55 años.

Lo que busca el gobierno israelí en la visita de Modi y en la India es:

Con los pies en la tierra

Mientras un Israel que se presenta como el rey de la tecnología ignora la lógica de los vasos comunicantes, aún se puede confiar en la sabiduría milenaria de los indios. El propio Modi, a pesar de que se moría de ganas de tener a su lado a EEUU, rechazó la propuesta de Obama de formar una alianza contra China. Aplicó el dicho catalán de “Val més un veí a la porta que un parent a Mallorca” (Vale más tener buena sintonía con el vecino – sobre todo si es poderoso-, que tener a una superpotencia como amiga en la otra punta del planeta).

Modi, en este camino, ha tendio que gestionar un difícil equilibrio y tomar sus precauciones:

Ahora bien, la amenaza más grave para la paz en la región puede venir de la cooperación entre los servicios de inteligencia de los dos países, controlados por fanáticos extremistas hinduistas y judíos, en una región que ya soporta ocho conflictos y guerras abiertos.

Fuente: http://blogs.publico.es/puntoyseguido/4066/india-e-israel-crean-una-inquietante-asociacion-estrategica/



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