La principal causa del riesgo de que parte del territorio amazónico se transforme en sabana es, según el coordinador del programa y organizador de la Conferencia Científica, Carlos Nobre, la deforestación, actividad que avanza, según explica, unos 25 mil km² a cada año en la región. "La deforestación disminuye el volumen de lluvia y contribuye para el calentamiento de las áreas descubiertas y trae sequía para la región", agrega.
Nobre evalúa que el calentamiento global, provocado por la emisión del gas carbónico de la quema de árboles, de combustibles fósiles como el petróleo, y de las actividades industriales, pueden afectar el régimen de lluvias y el clima de la región. Las temperaturas están cerca de 1º C a 3º C más elevadas de las de hace 40 años, principalmente en las regiones más desmatadas.
Para estabilizar la proliferación de las quemas, manteniendo la concentración de gas carbónico (CO²) en los niveles de hoy, es necesario invertir, según Nobre, en el avance científico de los países en desarrollo. "Eso solamente será posible por medio de programas gubernamentales serios que apoyen y estructuren los estudios científicos sobre la Amazonía y con inversiones dos veces mayores que la actualmente destinada en Brasil a ese sector", señala.
Paulo Artaxo, investigador de la Universidad de São Paulo y coordinador de la Conferencia Científica, opina que las quemas en la floresta amazónica, a partir de ahora pueden promover un escenario más crítico que en otros años. Según Artaxo, las quemas en la Amazonia son responsables por la emisión de 800 millones de toneladas de gas carbónico a cada año. La floresta, según se ha comprobado por estudios científicos, absorbe más carbono del que emite.
Extensión de la caatinga es más grande que la conocida
Según diagnóstico sobre la vegetación, el área de la caatinga en Brasil es 29,2% más grande de lo que se pensaba. Informe de la Secretaría de Ciencia & Tecnología y Medio Ambiente (Sectma), del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) y del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), muestra que la caatinga alcanza 1,037 millón de km², y no 734 mil km². El informe dice que el número de municipios cubiertos por la caatinga también ha crecido de 1.116 ciudades para 1.280. El ecosistema, exclusivamente brasileño, con 483 especies de plantas leñosas (árboles y arbustos), sufre a cada año una deforestación de 4 mil km².
Los
números relativos al área de la vegetación típica del Nordeste brasileño hacen
parte de un libro con 283 páginas, y un CD-ROM titulado Escenarios para el Bioma
Caatinga, un banco de datos sobre el ecosistema, que puede ser consultado en el
Inpe y en la Sectma, en una visita programada. El gerente de proyecto de Sectma,
Roberto
Gilson Campos, explica que hay aproximadamente el doble de mapas e
imágenes en el banco de datos que en el CD-ROM.
La distribución del CD y del libro, con edición inicial de tres mil ejemplares, también será gratuita para universidades, institutos de investigación, órganos públicos y escuelas. "Se trata de un diagnóstico sobre la caatinga que subsidiará acciones de promoción del desarrollo sustentable en la región", concluye Campos.